Carta abierta al Sr. Nicolás Maduro Moros y al Sr. Padrino López

Elecciones anticipadas, dimisión o renuncia.   Consideré necesario escribirles nuevamente estas líneas en un momento en que nuestra nación vive y padece el momento más crítico y obscuro de...
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Elecciones anticipadas, dimisión o renuncia.

 

Consideré necesario escribirles nuevamente estas líneas en un momento en que nuestra nación vive y padece el momento más crítico y obscuro de su historia, Todos los venezolanos se encuentran sitiados por los resultados poco efectivos del proyecto revolucionario que ustedes insisten en imponer sin fundamento ni razón alguna.

Quienes persiguen el poder y logran en su momento el respaldo popular, como de hecho lo logró el difunto comandante Chávez, persiguen intereses nobles de construir y consolidar el bienestar de sus ciudadanos, por ende, el progreso y desarrollo de un país.

Venezuela colapsó hace tiempo. La sociedad venezolana sufre, padece y en líneas generales empobrece. Todos los sectores de la economía están afectados y minimizados. El sistema financiero del estado y del sector privado perdieron sus capacidades de financiamiento. El crédito desapareció para actividad empresarial en todos sus niveles. Los sectores más importantes como lo son los productores del campo están a merced de los controles del estado, sumados al desabastecimiento de insumos, sin maquinaria ni lo necesario para su mantenimiento como repuestos y combustibles. Menos pensar en el acceso a nuevas tecnologías y equipos, a pesar de los cientos de anuncios de convenios con potencias como Rusia y China, que por cierto tiene decenas de obras multimillonarias a medio construir e inoperativas en toda Venezuela. Nuestra moneda se convirtió en un instrumento financiero simbólico constantemente reconvertida por los procesos brutales de devaluación. Sus políticas financieras liquidaron dos conos monetarios y llevaron al país al sitial de los más pobres del mundo y con los índices de inflación más altos y sostenidos, nunca antes visto, con un decrecimiento económico alarmante e inédito.

Esta revolución socialista que ustedes sostienen señor Nicolás Maduro y señor Padrino López junto esa alianza cívico militar policial, con el injerencismo de otras naciones de corte comunista y guerreritas, llevaron al sistema educativo, base fundamental del crecimiento y desarrollo de una nación a su mínima expresión, empobreció a toda la clase trabajadora y envió a la mendicidad a los profesores desde el nivel preescolar hasta el universitario. La inversión millonaria del estado en esta materia en las últimas décadas en las universidades formales del país y reconocidas a nivel mundial sirvió para darles vida a diferentes áreas profesionales a otros países con la migración masiva de venezolanos al exterior ante la debacle progresiva que vivimos desde hace años. La política de estado, bajo la excusa de ampliar las oportunidades de estudio, masificó la creación de otras instituciones para cursar carreras profesionales, que son hoy consideradas en el país y en el exterior como profesionales de segunda.

El sistema de salud es degradante. Los gremios que por años fundaron con la ayuda del estado instituciones de servicios y beneficios para ellos, sin justificación fueron confiscadas para colectivizarlas, palabra que se ha convertido en sinónimo de destrucción e inoperancia. Un sistema formal que existía de hospitales y ambulatorios que operaban antes de la llegada de revolución han sido desmantelados y torpedeados por el paralelismo en manos de extranjeros e ideólogos del control social.

El sistema judicial fue sometido a una reforma y hoy en día es cuestionado en todas sus instancias. El sistema penitenciario también es objeto de evaluación permanente por las características atípicas que rigen su funcionamiento. Todas las dependencias de este poder, no tienen los recursos mínimos de funcionamiento, sus funcionarios son mal pagados y su selección se basa más en la lealtad al proceso como ustedes lo denominan y no por un nivel profesional aceptable.

Las industrias de la construcción, turismo, petrolera, aluminio, siderúrgicas y otras que fueron bandera en este país están desmanteladas y arruinadas. El sistema vial venezolano es una calamidad en cuanto a las condiciones de transitabilidad con el atenuante de que hay que ser valientes para utilizarlas, en especial por los transportistas de alimentos y otros que son robados y asesinados y ultrajadas a lo largo y ancho del país.

La infraestructura de puertos y aeropuertos no muestran su mejor cara, el sector de telecomunicaciones, medios de comunicación prensa escrita y radial son sometidos por los controles y las limitantes que el sistema exige, muchos han cerrado y otros han quebrado.

La fuerza armada, pilar del sistema imperante también sufre el deterioro en su infraestructura, el recurso humano ha optado por la deserción y retiro. Igual que los otros poderes sus componentes sufren a diario la escasez en cuanto a beneficios , salarios y herramientas minimas para su desempeño. Los cuarteles batallones y destacamentos funcionan con muchas limitantes en cuanto a dotación, alimentación y transporte. La meritocracia no es precisamente el valor fundamental para escalar jerárquicamente en esta institución. La institución militar está desdibujada.

Los defensores de los derechos ciudadanos como la defensoría del pueblo son instancias burocráticas que actúan espasmódicamente y se limitan en su accionar. Cuando los reclamos van dirigidos a funcionarios o instituciones del gobierno enmudecen.

Las misiones y grandes misiones, como aún se promocionan, igual sufren los rigores de la corrupción. Ya son imperceptibles sus acciones y obras. Los servicios públicos asunto que deben atender ministerios del ramo, gobernaciones y en especial las alcaldías e institutos, son prácticamente nulas, están sin equipos de trabajo administrativo y de campo, sin presupuesto y con severos problemas laborales.

Por estos y otros grandes problemas que día a día se agravan, más de 6 millones de venezolanos huyeron del país y continúan haciéndolo por lo que la cifra aumenta cada día que pasa. Es el patrimonio familiar el que ha sustentado las carencias que debe cubrir el estado en materia de salud, educación y trabajo. La gente vende sus bienes para sobrellevar la crisis. Todas las instituciones creadas para el control y abastecimiento de alimentos por parte del estado desaparecieron como MERCAL, PDVAL, Abastos Bicentenario cuyas instalaciones y parque automotor fueron una gran inversión, para hoy estar reducidas a la entrega de un caja o bolsa de comida denominada CLAP que es insuficiente, precaria y de mala calidad en sus productos, además de no tener una distribución permanente que realmente sea una solución para la familia venezolana. El complemento a este ineficiente programa lo hacen los migrantes que envían remesas a sus familiares sitiados en Venezuela.

La política salarial en estos tiempos plantea un esclavismo por parte del estado sobre la masa laboral. La abrupta, sostenida e incontrolable devaluación hace imposible ya un equilibrio en el poder adquisitivo del venezolano. Desapareció de la agenda familiar la recreación. Todo venezolano tiene ocupado su tiempo exclusivamente para resolver la alimentación. El desempleo supera el 50% y la deserción en la administración pública es galopante e indetenible.

Se han creado sistemas perversos como el carnet de la patria que es un gran proyecto de captación de información a cambio de prebendas de poca monta para el venezolano como bonificaciones y subsidios que tratan de disfrazar las carencias que tiene el estado hacia sus habitantes. Los jubilados y pensionados son víctimas de irrisorias pensiones y son privados de otros beneficios. En las colas de todos los meses en los bancos no se diferencian de un indigente, se ven mal vestidos, con hambre y se desvanecen en las calles por falta de medicamentos. No existe seguridad social.

El poder electoral ha sido cuestionado durante los últimos 15 años y no se han tomado las medidas necesarias para equilibrarlo y ponerlo verdaderamente al servicio del elector. Ha sido permanentemente controlado por figuras relevantes que han sido gobierno y con militancia oficialista, situación que ha conllevado al desconocimiento de los procesos electorales por los factores políticos en el país y por parte de la comunidad internacional. Tales acciones evidentemente son producto del manejo doloso y cuestionable del sistema electoral. Igualmente, la estructura funcional de esa institución esta desmantelada y con problemas graves en el ámbito laboral y de mínimo funcionamiento.

El cuestionamiento y señalamiento hacia un sin número de funcionarios y ex funcionarios de gobierno son referentes para el creciente fomento de los anti valores en la sociedad venezolana. Las cifras estrafalarias confiscadas en paraísos fiscales son indicativos del poco control y la correcta distribución de los recursos del estado. El enriquecimiento abrupto de grupos en torno al poder político prende las alarmas que no dejan de sonar porque no hay justicia. La ética y la moral se ha desvanecido en las manos de los más prominentes llamados revolucionarios que son incluso cuestionados y otros perseguidos por los mismos oficialistas. El sector contralor del país no ha ejercido su función y ha sido tolerante con la corrupción.

La política exterior ha sido un verdadero fracaso, solo contamos con la relación de un puñado de naciones que se han usufructuado de la nuestra en tiempos de bonanza y en crisis son privilegiadas por encima de los intereses propios de nuestra nación.

En estas líneas he nombrado algunos de los aspectos más resaltantes de la realidad que vivimos los venezolanos y que conoce el mundo entero. Señores; Nicolás Maduro y Padrino López el clamor del venezolano en este momento y lo dicen todas las encuestas incluso las que ustedes hacen, es un cambio de gobierno, un cambio de modelo. Unos hemos tomado la vía electoral y constitucional y otros han prometido solucionar el asunto político por otras vías que han sido públicas y notorias. Sin embargo, tienen ustedes en sus manos otras más expeditas y que van cónsonas con el clamor popular, que daría paso a un proceso de renovación y transformación de la realidad que hoy vivimos sufrimos y padecemos todos los venezolanos que estamos en el país y los millones que están en el exterior. Señor Nicolás Maduro permita usted la designación de un CNE equilibrado y llame a unas elecciones anticipadas, con supervisión internacional, Genere una transición responsable como un acto de reconocimiento al pueblo venezolano que ha sido tolerante, ha aguantado los rigores de la crisis, ha soportado la disgregación de la familia y le ha dado tiempo suficiente a sus planteamientos y promesas, todas incumplidas. Recuerde que el pueblo sabe que el país tuvo ingresos petroleros importantes que fueron mal administrados y no hay justificación a la tragedia que se vive.

La otra alternativa sería su dimisión o renuncia. Esta decisión trascendental daría paso a una consulta general al país bajo la constitución y la paz que usted pregona, de la permanencia o cambio de modelo político económico y social.

El humanismo y el amor por el pueblo siempre expresado por los revolucionarios debe emanar de la conciencia de quienes ostentan el poder y salir del discurso y la retórica. La crueldad está a la orden del día. Una administración pública en ruinas, en un país desmoralizado, canibaliza la convivencia por la supervivencia. Las instituciones sin capacidad mínima de respuesta hacen que crezca la anarquía cuyos niveles, en estos momentos, son inaguantables. Un proyecto político con niveles tan altos de desaprobación debe dar paso a una solución. Persistir en su permanencia en el poder sin ningún norte y con un discurso agotado y no convincente, solo traerá más tragedias a este pueblo noble que creyó en el cambio pregonado por Hugo Chávez y que posteriormente acato su última voluntad de que confiaran en Nicolás Maduro para darle continuidad a su proyecto, Años después de este transcendental y trágico momento , usted Sr. Nicolás Maduro desarrolló políticas que no funcionaron y el país y su gobernabilidad se le ha ido de las manos ante una administración disfuncional y una ideología retrógrada que evidentemente el pueblo espera cambiar. ojalá y sea por iniciativa suya y secundada por sus seguidores incondicionales.

Un país donde no ha existido el equilibrio del poder está condenado al fracaso y es lo que estamos viendo y viviendo. Venezuela se ha sustentado en medias verdades, lo que lo hace vulnerable al chantaje y la manipulación.

Sr. Nicolás Maduro tiene usted en sus manos ejercer un acto reivindicatorio  para dar paso a las grandes decisiones urgentes que restablezcan la institucionalidad, constitucionalidad y normalidad de la vida de todos los venezolanos.

 

Daniel José García Arellano

8.031.086

Presidente del PMI

Partido político regional Merideño.

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Periodista española con más de 20 años de experiencia, especialista en situación política de Venezuela

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