Emmanuel Macron, presidente de Francia, se propone liderar la reforma de la eurozona para lo que necesita pactar con la canciller alemana Angela Merkel, algo que concentra las especulaciones entre muchos de los mejor informados durante estos días. Pero ¿cuáles son los planes de Macron?
Las reformas que pretendería Macron, a tenor de lo que pensaba cuando era asesor económico de Hollande, y ministro de Economía, irían en la línea de llegar a compartir riesgos y avanzar en los proyectos más cooperativos, objetivos que hoy aparecen incluso más alcanzables dado el favorable entorno económico en el que se desenvuelven la mayor parte de los países miembros de la Unión Europea (UE).
Macron considera favorable el entorno económico y el clima sin elecciones
A ello se suma la ausencia de elecciones en un futuro cercano en los países más relevantes; que el presidente francés mantiene su buena imagen y Merkel conserva su autoridad en Berlín, tal como se afirma en un interesante análisis de Charles Grant, director del think tank londinense Centre for European Reform (CER) que publica “esglobal”.
Según este analista “la primera etapa implicaría la finalización de la unión bancaria y se pondría en marcha este año. Las etapas posteriores, que requieren más tiempo, abordarían la transformación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en un fondo de rescate, y un Fondo Monetario Europeo (FME), el establecimiento de un presupuesto para la eurozona y reformas institucionales como la creación de la figura de un ministro de Finanzas de la zona euro”.
La primera etapa implicaría la finalización de la unión bancaria y se pondría en marcha este año
Para ello, Macron desea acelerar sus conversaciones y pactos para alianzas con Alemania empleando toda su capacidad de persuasión y su buena imagen actual, a poder ser dentro del mes de marzo, aunque tendrá que esperar a que Merkel forme nuevo gobierno y quizá esta previsión sea algo precipitada. A partir de ese pacto el acuerdo franco-alemán, se intentaría que el Eurogrupo pudiera elaborar una hoja de ruta para las reformas en junio.
La negociación y los acuerdos no se ven fáciles dada la tradicional oposición de Alemania a la mutualización de las deudas soberanas, actitud que respaldan países como Austria, Finlandia y los Países Bajos. Por el contrario, propugna un cumplimiento más estricto de las normas presupuestarias y se opone al rescate de cualquier país sin que los inversores compartan las pérdidas, actitudes que llevaran a los mercados a actuar de forma más restrictiva respecto de la compra de deuda soberana.
La entrada de los socialdemócratas en el gobierno de Merkel beneficia los planes del presidente francés
La entrada de los socialdemócratas en el gobierno de Merkel beneficia los planes del presidente francés, mucho más contemporizadores en una negociación que quien fue la bestia negra de todos quienes buscaron en el pasado el visto bueno de Alemania para poner en marcha planes menos restrictivos: el anterior y todopoderoso ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, en permanente oposición hacia los planteamientos franceses.
Sin embargo, el acuerdo de coalición no significa que la opinión pública alemana haya cambiado su parecer y su rechazo hacia un “más Europa” basado en una política fiscal conjunta más laxa y tolerante con los países más endeudados. Pero Merkel es consciente de que Macron está adquiriendo prestigio en Europa e incluso en Alemania y sabe que tendrá que hacer concesiones. En eso si ayudará la presencia de los socialdemócratas en el gobierno.
Evitar los “eurobonos”
Por su parte, Francia evitará plantear a corto plazo la posibilidad de crear “eurobonos” y mutualizar las deudas de los respectivos países. El análisis del director del CER señala que “lo más urgente para Macron y sus funcionarios europeos es la Unión bancaria y que el MEDE sea capaz de proporcionar liquidez al Fondo Único de Resolución de la eurozona (que ayuda a resolver bancos en dificultades), logrando así “un mayor respaldo”. Los franceses piensan que los alemanes estarán de acuerdo, siempre y cuando conserven el derecho de veto sobre el uso del MEDE”.
A ello podría sumarse “un sistema de garantía de depósitos para toda la UE que apoyara Alemania, aunque es conocida la postura del gobierno alemán hacia esta cuestión. Su precio es la reducción de riesgo, es decir, medidas para reducir los préstamos fallidos de los bancos (un problema, especialmente, para Italia), así como los volúmenes de bonos soberanos que mantienen algunas entidades (sobre todo en Italia) sin haber provisionado capital suficiente”.
Avanzar en la CMU y el Fondo Monetario Europeo, siguientes objetivos
Entre los restantes objetivos de Macron estarían el de avanzar en la denominada Capital Markets Union (CMU), para lo que piensa en poder contar con el apoyo del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann; y quedaría para un período posterior el diseño del Fondo Monetario Europeo que surgiría del MEDE, con una función más relevante a la hora de los posibles rescates, y capaz de “reemplazar al Fondo Monetario Internacional (FMI) en la gestión de las crisis.
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