Utilizar a la Armada en una situación de crisis diplomática y en medio de una crisis política importante, muy importante, para buscar un beneficio pueril en unas elecciones, es denunciable. Así está ocurriendo con los políticos ucranianos que promueven provocaciones a Rusia con el fin de alterar a su pueblo y generar un efecto en el voto.
¿Cómo generan esta provocacion y el posterior efecto nacionalista en el voto? El 25 de noviembre, dos buques de la Marina de Guerra y un remolcador de la Armada de Ucrania cruzaron ilegalmente la frontera del estado ruso, dirigiéndose hacia el estrecho de Kerch. No respondieron a los llamamientos y varios avisos de los barcos y lanchas de guardafronteras del Servicio Federal de Seguridad y la Flota de Mar Negro de Rusia, realizaron maniobras peligrosas, creando una amenaza para la navegación normal en esta zona. La actitud de los buques ucranianos obligó a los guardafronteras rusos a recurrir a la fuerza. El escándalo es tal que incluso los buques ucranianos cruzaron la frontera en el punto de las aguas territoriales de la Federación de Rusia consideradas como tales por los ucranianos, inclusive antes de la incorporación de Crimea en 2014.
Esta denuncia la ha efectuado el Embajador de Rusia en España Yuri Korchagin, según recoge el importante medio DiarioYA sobre un artículo en El Independiente.
La crisis de Kerch no ha sido, sin embargo, tema primordial de las reuniones entre líederes de Buenos Aires. El presidente Putin confirmó que habló sobre ello con el presidente Trump y que tienen -como era obvio- puntos de vista diferentes. Pero a pesar de que Ucrania pretendía hacer coincidir esta nueva crisis con la Cumbre de Buenos Aíres, todo parece indicar que no fue tema prioritario.
¿Significa esto que los líderes mundiales se están dando cuenta del propósito de las acciones ucranianas?
