Filosofía popular en tres palabras

He oído hablar de la  sabiduría popular, de la  filosofía que atesora el  pueblo en sus dichos,  del conocimiento  que  encierran la gente sencilla en sus expresiones…   pero hasta la ocasión  que relato no fui  consciente de la...

He oído hablar de la  sabiduría popular, de la  filosofía que atesora el  pueblo en sus dichos,  del conocimiento  que  encierran la gente sencilla en sus expresiones…   pero hasta la ocasión  que relato no fui  consciente de la verdad  que hay tras estas expresionesEstaba yo en el cementerio,  acompañando a un conocido en su  último viaje. Acabada la ceremonia  religiosa, unos cuantos amigos metían  el ataúd en su morada definitiva y el sepulturero sellaba con yeso el nicho.  Los que contemplábamos la escena permanecíamos mudos y atentos,  pensando cada cual en el insondable  misterio que supone la vida y su final. En estos momentos los más desconsoladores  pensamientos asaltan la cabeza  como las rapaces asaltan su presa.  Fue entonces cuando una voz anónima  (aunque volví la cabeza no pude localizar a su autor) dijo detrás de mí: tó pa ná. Lo dijo así, con esa economía  de sílabas propia de esta tierra  andaluza, con el  deje  inconfundible de la fonética meridional.

 (todo) es la vida, los  afanes, las preocupaciones.  es la hipoteca que hay que  pagar, las notas de los hijos, los problemas del  trabajo, los gozos y las  sombras de cualquier  vida. Pues este  es…  pa ná. Todo acabará  con el paso del tiempo; todo adquiere, así, un valor relativo y secundario. No vale la pena preocuparse por tó porque es pa ná.

La impresión profunda que me  causaron estas palabras después se  convirtió en reflexión serena. Se me  ocurrió que este es un tema al que andan dando vueltas la filosofía, las religiones, la literatura de todos los  tiempos, desde que el hombre es hombre,  es decir, desde que es consciente  de su finitud. Esto lo han dicho filósofos desde Séneca hasta Heidegger; lo repite en todos los tonos El Eclesiastés  (“vanidad de vanidades, y todo vanidad”);  lo poetizan escritores como  Jorge Manrique o Rodrigo Caro. Pero  ninguno lo dice, como mi paisano anónimo del cementerio, con tanta  gracia y (sobre todo) con tan pocas  y comprimidas  palabras.

Secciones
CulturaEspaña

Nacido en Álora (Málaga), 1960. Profesor de Lengua , Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Málaga. Colabora con distintos medios con trabajos sobre temas literarios, sociales o religiosos.

Otros:

  • Notas para una espiritualidad cofrade

    Las calles de España se llenan de tronos y procesiones, con una vitalidad que parece desafiar ese imparable corriente de secularismo que desde la Ilustración azota a Occidente, unas...
  • La cosa

    Me cuentan del barbero de un pueblo malagueño que ha colocado en su local un cartel que transmite a su clientela el siguiente mandato: PROHIBIDO HABLAR DE LA COSA Este buen hombre estaba cansado de que todo el mundo trajese la misma cantinela:...
  • La devoción, elemento fundamental en las causas de beatificación

    En la experiencia del periodo en que está en marcha la causa de beatificación de la Sierva de Dios Laura Aguirre (https://marchandoreligion.es/la-senorita-laura-aguirre/), puedo decir que el factor que me...
  • La “Intrahistoria” y la Iglesia

    En octubre de 2021 participé en la presentación del libro de Pablo Benítez Gómez José Moreno Fernández, “El Santo de Pizarra  (Departamento para la causa de los santos, Obispado...