LAS MURALLAS DE PAJA DE LA IGLESIA
Hablar de las virtudes teologales de la Iglesia, la Fe, la Caridad y la Esperanza, es entrar de lleno en el mundo de la especulación y sin ninguna red por medio. Implica adentrarse en una especie de jungla teológica, como el explorador aquel que se topa de golpe en un pantano de arenas movedizas bajo los pies, donde las cosas nunca no son lo que parecen, y cuando lo son, nada tienen que ver con lo que imaginábamos debían ser. Empezando por la primera, la Fe, que es la piedra angular del gigantesco tinglado que se formo en torno a ella….Claro que hablamos de la Fe religiosa, nada que ver con esa otra Fe basada en la confianza, en las capacidades y en la solvencia de nuestras posibilidades y afanes. La Fe religiosa es otra cosa. Es creer en una entelequia absurda que no tiene por donde cogerla sin que te produzca asombro, cuando no, un delirante descojone imposible de controlar. !La Fe es la Fe y no necesita de ninguna demostración!…!Se cree o no se cree!… y con esta demencial e incontestable conclusión, se zanja la cuestión. !Coñe!, Es que ni siquieran nos dejan alegar alguna observación a la gran parida. Y se entiende. Fue elaborada para servir de pienso espiritual para un gigantesco rebaño de seguidores dominados por el miedo y la ignorancia. !Menudo mercado tienen!….¿Y que decir de la Caridad? …Ah, amigos…Con la iglesia hemos topado que diría el de la Mancha. Un monumental fraude, porque esa virtud nunca se administra en horizontal, es decir, de igual a igual, sino de arriba abajo…Como una concesión del poderoso, cuyo óbolo, ensalza a quien lo ofrece y humilla a quien lo recibe. Claro, es que si se hiciera de igual a igual, no sería Caridad, sino Solidaridad, y esto es lo que no quiere la Iglesia ni puesto en bandeja, porque sería su fin…Por eso rodean la pobreza, pero no la combaten. ¿Como ejercer la Caridad en una sociedad sin pobres?…!Si los pobres son el vivero y el sustento del mayor tinglado que vieron los siglos!…Y por último nos queda la Esperanza…Ahí si dan en el clavo. Claro que se trata es una virtud que afecta a toda la humanidad por igual… Creyentes y ateos, inteligentes y lerdos, bondadosos y avaros, ricos y pobres. Todos se aferran a algún tipo de esperanza, incluso los que ya están desesperanzados…La mía, no me importa decirlo, es que la gente vea a las Teologales virtudes de la Iglesia como realmente son, no como nos las pintan. Luego, si cumplo sobradamente con la virtud de la Esperanza que también predica la Iglesia. Más que nada para que los mas aviesos y recelosos del negocio, «Il grande tinglato», no me acusen, aunque lo sea, de anticlerical recalcitrante. A las pruebas me remito aunque sean pocos quienes las detecten.
