Urge modelo Humano*

Los dolores de la transición entre épocas se van agudizando cada día mas, lo comprobamos por los síntomas: creciente desempleo, emigraciones masivas, mayor producción y menos adquirentes potenciales, represión,...
Laberinto_de_creta

Los dolores de la transición entre épocas se van agudizando cada día mas, lo comprobamos por los síntomas: creciente desempleo, emigraciones masivas, mayor producción y menos adquirentes potenciales, represión, concentración de la riqueza en menores manos, “gobiernos policía”, pérdida de valores, inmovilidad social, agotamiento de energías no renovables, oscuridad y confusión… un “sálvense el que pueda” a nivel social y Mundial.

El modelo económico afincado en la producción con base en la participación humana cruje y se hace pedazos en muchos campos, de forma creciente, no solo en la dimensión física sino en la intelectual y la espiritual, la Inteligencia Artificial desplaza la participación del hombre en la solución de problemas e incluso en el planteamiento de otros nuevos, anticipando el devenir del progreso y desarrollo.

Cajeros automáticos, smartphones, abastecimientos virtuales, drones, vehículos sin choferes,  gobiernos virtuales, etc., ya están aquí entre nosotros, de forma discreta e imperceptible mientras millones de empleos desaparecieron.

El tránsito entre la Sociedad Actual y la Sociedad del Conocimiento es inédito, y aún no ofrece respuestas conocidas para el Hombre actual, salvo la inercia social que confía en que las fuerzas sociales se acomoden incrementalmente bajo una especie de “darwinismo social”, en donde el fantasma de la guerra parece asomar su temible rostro de mil maneras.

No hay siquiera una propuesta de “modelo de transición” entre ambas épocas, primero porque no se tiene claro bien a bien hasta donde llegarán los cambios y, segundo, por la resistencia brutal que se dará en todos los campos para abandonar la relativa comodidad del presente conocido, por la incertidumbre que apunta hacia el futuro y el costo que representará para los líderes que intenten conducir una transformación de tales magnitudes.

El ejemplo de la transición entre el feudalismo y la sociedad industrial puede dar algunas pistas, tenues e insuficientes de los costos y sufrimientos que ese fenómeno social trajo consigo.

Las Naciones menos avanzadas se debaten entre la parálisis, la anarquía, o la fuga hacia el pasado, bajo discursos románticos que apelan a los sentimientos y emociones, mas que a la generación de soluciones creativas e inéditas que eviten el colapso social que se les avecina. La demanda de alimentos y medicinas para todos estrangulará sus menguadas economías y su posibilidad de producirlos o adquirirlos a la velocidad necesaria.

Las Naciones adelantadas se pertrechan, redoblan sus límites y restringen el acceso de todas las formas posibles a sus territorios, a la par que intentan aumentar sus reservas estratégicas y opciones temporales, en tanto que descubren un nuevo modelo económico y social que les permita subsistir de la mejor manera.

La Sociedad Actual languidece entre estertores de violencia y sin respuestas, aun peor, sin preguntas claras y precisas o cuando menos interrogantes confiables al alcance de la mayoría de las personas, sumidas en las angustias de la incertidumbre y de la falta de liderazgos verídicos, que las guíen con discursos entendibles, congruentes, comprensibles y creíbles.

Se va una época que no alcanzó a resolver las carencias de millones de personas, aunque generó el desarrollo y esplendor que está haciendo posible la siguiente.

No hay aún una idea clara del futuro de las relaciones sociales, la relación entre capital y trabajo humano se va complicando y va desapareciendo a pasos acelerados, a la par que se mira con preocupación como la presente época deja un Planeta sobre explotado y contaminado, agobiado por la aparición de nuevas plagas y la carencia de líderes auténticamente “humanistas”.

El dinero va perdiendo significado como “riqueza” apetecible, el territorio, los recursos naturales y el Conocimiento Productivo parecen ser ahora la forma mas segura de enfrentar la incertidumbre.

En campos muy reducidos, algunos futurólogos como Julio Verne, Alwin Toffler, y otros pocos mas, tuvieron la visión e inspiración para ver algo del futuro.

¿Qué hacer para que la multitud de personas que perderán sus fuentes de subsistencia puedan encontrar alternativas humanamente viables y dignas?, ¿que nuevos conceptos reemplazarán a los de productividad y eficacia, … humanas?, ¿como serán las nuevas relaciones sociales entre los humanos y la irrupción de los robots?, ¿como serán las normas que rijan esas relaciones?, ¿que derechos tendrán los robots?, ¿quienes ejercerán el gobierno y dirección del Mundo: humanos o robots, o humanos y robots?, ¿quien controlará los algoritmos de los robots?, ¿cuales serán las fuentes de alimentación y subsistencia de la especie humana?, ¿que se hará para encausar el ocio de los desplazados?, ¿que consecuencias traen los clones y organismos genéticamente modificados?, ¿que Naciones subsistirán?…

Un reto que parece muy superior a las posibilidades humanas actuales, pero no puede ser el fin de la historia.

Dios nos dará la respuesta, pero: urge Modelo Social y Económico, diseñado por los Hombres para salir bien de este laberinto, antes de que sin darnos cuenta la Inteligencia Artificial nos lo imponga, como en aquella película de 1984 «Terminator», dirigida por James Cameron, coescrita entre Cameron, Gale Anne Hurd y William Wisher Jr. y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton y Michael Biehn.

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Ilustración: Web, EcuRed.

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