Ricardo Gómez Díez: «El PP tiene que liderar una revolución ética que conecte con una preocupación creciente de los ciudadanos: la crisis de valores”

Conversación tranquila de @jmfrancas con Ricardo Gómez Díez (@ricardogomdiez). Consultor y profesor experto en Reputación.   blog: http://www.noentiendonada.es You tube: https://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber   JMF: ¿Cómo has visto el congreso del...
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Conversación tranquila de @jmfrancas con Ricardo Gómez Díez (@ricardogomdiez). Consultor y profesor experto en Reputación.

 

blog: http://www.noentiendonada.es

You tube: https://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber

 

JMF: ¿Cómo has visto el congreso del PP?

Ricardo Gómez Díez: Me ha parecido un congreso en el que por primera vez el PP, aunque con matices, se ha abierto al siglo XXI, ha dejado de ser un partido anclado a las formas antiguas de hacer política y empieza a adoptar algunas de las claves de la nueva política.

JMF: ¿Sale roto?

Ricardo Gómez Díez: Creo que sale fortalecido. A mi juicio, la continuidad de la línea política de los gobiernos de Rajoy habría, ahora ya en la oposición, roto las costuras de un partido que desde antes de llegar a La Moncloa venía cuestionando el liderazgo del ex-presidente y la forma de entender la política, incluso de entender el propio partido, en lo ideológico, lo estratégico, pero también en lo táctico.

JMF: ¿Qué han visto en Casado?

Ricardo Gómez Díez: Han visto renovación en forma de más ganas, nuevas ideas, más frescura y menos edad. También recuperación de la identidad central del proyecto popular, sobre todo en lo que se refiere a España, a la política económica y a la no renuncia a liderar la sociedad desde unos valores diferentes y diferenciados de los de la izquierda, predominantes en lo cultural y social. Y, sin duda, la mejor opción para que los errores de la etapa Rajoy no se volviesen a repetir ni se acrecentasen.

JMF: Pero el talón de Aquiles del currículum académico, ¿no es un peligro?

Ricardo Gómez Díez: Pienso que es uno de los principales retos que ha de afrontar a corto plazo en términos de reputación personal, de credibilidad y coherencia: tanto desde el PSOE, como desde C’s -e incluso desde el fuego amigo interno- le van a estar esperando con ese asunto. Van a buscar, además de escorarlo y encasillarlo en la derechona, seguir asociándolo a la corrupción y a la falta de valores éticos del PP de la etapa anterior. La investigación de un juzgado de Madrid sigue abierta y es conocido que los hilos se pueden mover de muchas formas y en muchas direcciones.

JMF: ¿Luz roja entonces?

Ricardo Gómez Díez: Más bien alerta naranja: cuando se llega al liderazgo de un partido que está sufriendo encontrarse de repente tras una moción de censura en la oposición, lo normal es que, como le ocurrió al propio Aznar en 1990 con el caso Naseiro, te bombardeen para hundirte nada más aterrizar. También le pasó a Borrell tras las primarias de 1998 con su equipo cuando era ministro de Hacienda. Para eso, el mejor ejemplo es el de Zapatero en 2000: tranquilidad, paciencia, movimientos seguros, aparecer rápidamente como hombre de Estado reconocido por el presidente y el partido en el gobierno (recordemos el pacto anti-terrorista que ZP firmó de inmediato con Aznar) y hacer primero el trabajo interno de apaciguamiento, control y reorganización del partido. Tener tranquilidad un tiempo fuera para asegurar el liderazgo interno y luego proyectarlo al exterior para ganar. El problema es que en solo unos meses tiene las andaluzas y luego las municipales, autonómicas y europeas, la gran prueba de fuego.

JMF: ¿La juventud ha sido un plus?

Ricardo Gómez Díez: Sin duda, recordemos que no ha habido hasta ahora y desde Suárez ningún presidente más mayor que el anterior, salvo, precisamente, la situación excepcional de la llegada de Calvo Sotelo tras el 23-F después de la dimisión de Suárez y de Rajoy con Zapatero por la pésima gestión de la crisis económica. De hecho, la edad y, más que la edad, la imagen de ‘viejuno’ (un político más del siglo XIX que del XIX) ha sido siempre un lastre para Rajoy desde 2004. En España el final del franquismo marcó una idea que casi todo el mundo comparte de manera automática y es que el presidente no ha de ser mayor, sino joven, ha de transmitir y encarnar la idea de la España renovada, democrática y moderna. Eso representó Juan Carlos I frente a Franco y eso buscó el mismo Don Juan Carlos en, precisamente, Suárez.

JMF: ¿Dónde ha fallado Soraya?

Ricardo Gómez Díez: Soraya ha propuesto al congreso del PP que eligiese la continuidad del marianismo cuando el marianismo estaba acabado y ella representaba a la Rottenmeier de Rajoy. Luego vienen los errores más de detalle, tácticos (el anuncio de la secretaría general, pedir unidad pero mostrar egocentrismo, centrarse en una hipotética unión cuando lo fundamental era una verdadera regeneración, etc.). Pero para mí, la gran clave se juega siempre en la percepción global que se tiene de algo o de alguien, el arquetipo psicológico que se representa y la asociación mental con la que te relacionan: fracaso en Cataluña, señorita Rottenmeier y pervivencia del marianismo representan esas tres cosas en Soraya Sáenz de Santamaría.

JMF: ¿Ideológicamente ha vencido el liberalismo conservador frente al progresista?

Ricardo Gómez Díez: Diría que ha vencido un planteamiento más ideológico contra otro esencialmente tecnócrata. En el equipo de Casado hay sensibilidades de ambos tipos, veremos si para reforzarse primero internamente le es más útil el primer liberalismo, pero para llegar a la Moncloa le será más útil el segundo, hoy representado por C’s. Es un movimiento pendular también típico. La clave, en todo caso, es si renuncia o apuesta de verdad, a fondo y con todas las consecuencias, a un planteamiento que remueva las bases sobre las que se han construido determinados consensos forzados en ciertos asuntos importantes para la sociedad, algunos de los cuales van a la raíz misma de la manera española de entender muchos aspectos de la vida y de las diferentes propuestas políticas, en consecuencia.

JMF: ¿El PP se ha escorado mucho a la derecha?

Ricardo Gómez Díez: Eso es lo que ya el sábado destacaban los medios de izquierdas como El País o La Sexta cercanos tanto al PSOE como a Podemos, pero también algunos otros medios y, especialmente, confidenciales más cercanos a C’s en los últimos 3 años. Creo que el PP ha evitado la ruptura, ha renovado su estructura y ha decidido recuperar el Gobierno lo antes posible. Otra cosa es si Casado y su equipo son capaces de demostrarlo o caen en las trampas para elefantes que sus adversarios políticos le van a poner.

JMF: Pero a la izquierda no ha ido…

Ricardo Gómez Díez: Es a donde la mayoría del electorado del PP desde 2011 no quería que fuese, porque para eso ya está el PSOE. Es como lo de PDeCAT y ERC con la independencia. Las políticas socialdemócratas desde un gobierno liberal son contraproducentes y acaban despistando y desviando al electorado hacia otras opciones.

JMF: ¿Casado entierra el PP de la corrupción?

Ricardo Gómez Díez: Casado ha de acabar de enterrarlo, justo lo que no hizo Rajoy. Si visualiza eso y, además, endurece las condiciones internas para que eso no vuelva a ocurrir o, si ocurre, sea el propio partido quien lo descubra y, si finalmente lo descubre, lo ponga en conocimiento de las autoridades inmediatamente, habrá dado un salto cualitativo en ese sentido. Es lo que exigen las nuevas reglas de la transparencia total en el siglo XXI.

JMF: ¿Puede ganar las próximas generales un PP así?

Ricardo Gómez Díez: El problema no es que las gane, es que tenga mayoría absoluta para gobernar y con quien podría completar esa mayoría absoluta, porque solo C’s y CC estarían disponibles. Si el PSOE va cada vez más comiéndose a Podemos, le disputará al PP la primera posición pero, además, van a intentar después comerse la parte del voto más centrista de C’s que viene de UPyD y del propio PSOE. Por eso en el Partido Socialista dicen que les conviene la victoria de Casado en el PP. Si Casado achica por la derecha a C’s y por sí solo no obtiene mayoría absoluta (algo difícil de imaginar en estos momentos y a medio plazo, salvo nueva catástrofe económica socialista, tampoco descartable), puede acabar ganando las elecciones o empatando en diputados con el PSOE de Sánchez pero no gobernando, lo cual le llevaría a una posible llegada al gobierno dentro de dos elecciones generales. Excepto que adopte una estrategia arriesgada y no fácil de articular en estos momentos, pero posible.

JMF: El PP de Rajoy despreció la comunicación, ¿hará lo mismo el equipo de Casado?

Ricardo Gómez Díez: Si algo ha hecho que la etapa de gobierno de centro-izquierda del PSOE en estos 40 años de Constitución, los cuales se cumplirán este 6 de diciembre (ocasión única para reivindicarla), sea de 23 años frente a 17 de centro-derecha de UCD y PP es la Comunicación con mayúsculas, entendida como la capacidad de comprender al electorado y de situarlo en el centro de la estrategia política. El PP necesita una estrategia centrada en los valores y las necesidades o expectativas reales de una mayoría de españoles. Tiene que encontrar y conectar (la política y la comunicación son conexión) con otro asunto, además de recuperar los mensajes nacional (Cataluña) y económico (impuestos) esenciales para el votante de centro-derecha, algo que le permita movilizar a un espectro importante y transversal de votantes y ensancharlo hasta el centro. Ese asunto puede ser precisamente la crisis de valores que se refleja en las encuestas del CIS y el descontento amplio en muchos ámbitos de la sociedad con la falta de respeto a los principios más básicos de respeto a los demás y de exceso de egoísmo. Es decir, una revolución ética basada en principios compartibles por muchas personas desde el espectro socialdemócrata hasta el conservador y que se resumen en la recuperación de la responsabilidad, el esfuerzo, el respeto y la convivencia puestos al día y actualizados a la sociedad del siglo XIX, haciéndolos, además, positivos y atractivos emocionalmente hablando. La crisis de valores es, pues, una oportunidad para el PP si se decide a impulsar una auténtica revolución ética.

JMF: ¿Por qué desprecia el PP la comunicación?

Ricardo Gómez Díez: Desgraciadamente, en el PP tradicionalmente creen, salvo en la primera etapa de Aznar antes y después de llegar al gobierno, que la comunicación es algo con minúsculas, poner en bonito lo que ya se ha decidido, sin tener en cuenta cómo va a ser percibida esa decisión, algo fundamental para la elección que, posteriormente, los ciudadanos van a realizar según les parezca dicha decisión. Resultado: 23-17. De momento.

JMF: ¿Que debería hacer el nuevo líder del PP en Comunicación para conseguir que su reputación sea positiva y atractiva para que la sociedad española lo escoja como presidente del Gobierno?

Ricardo Gómez Díez: Lo primero, creer en ella de verdad, más allá del marketing al uso, las relaciones con los medios o las operaciones de maquillaje. No va solo ni principalmente de eso, aunque la imagen, sobre todo en política, sea importante y cristalice, junto a otros elementos, en la reputación. Lo segundo, tener un equipo profesional y competente que le reporte directamente y que pese en todas las decisiones estratégicas y políticas para darles forma y hacer no solo que se entiendan, sino que se compartan y apoyen. Y lo tercero invertir en algo clave para hacer buena Comunicación: la buena Investigación. Hoy en día eso sigue significando muchas cosas, pero la principal para mí es investigar sobre lo que es clave en las decisiones: las barreras, los miedos o frenos inconscientes a la hora de decidirnos por algo o por alguien;  los contextos o marcos en los que se toman esas decisiones y que pueden cambiar aquello que decidimos de aquello que más valoramos; los asuntos que de verdad preocupan en el día a día a una mayoría transversal de ciudadanos y que no suelen estar en la agenda política ni mediática, son expectativas que la gente tiene con respecto a la política y que ven que los políticos no resuelven. El ejemplo de los dos primeros temas es el propio congreso del PP, como decía antes: la mayoría de compromisarios ha tenido más miedo a tardar mucho en volver a La Moncloa con Soraya que a la incógnita que aún representa Casado. Por cierto, los presidentes del Gobierno del PSOE han sido todos conocidos por sus nombres de pila (Felipe, Pedro) o acrónimo (ZP), mientras que los de la UCD o el PP por su apellido (Suárez, Calvo Sotelo, Aznar, Rajoy). Es una sutil pero importante diferencia. Pasar cuanto antes a ser Pablo y no Casado acercaría mucho al candidato a los ciudadanos y, desde ahí, a la presidencia. En relación al tercer asunto, lo que comentaba anteriormente de la crisis de valores que para las personas se concreta en una sensación de una sociedad y un día a día cada vez más difícil y hostil, desagradable, es otro buen ejemplo.

JMF: Gracias Ricardo, un abrazo.

Ricardo Gómez Díez: Otro para ti y para tus lectores.

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Nacido en Manresa, (Barcelona). Licenciado en Ciencias Biológicas (UB). Ex profesor (UAB), ex editor (Editorial Labor), ex político (Ayto de L'Hospitalet y Parlament de Catalunya) y ahora periodista.

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