Conversación tranquila de @jmfrancas con Pablo Nuevo. Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Abat Oliba.
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JMF: ¿Hay que modificar la Constitución Española?
Pablo Nuevo: No creo que sea una prioridad en estos momentos. Con reformas legales es posible ajustar el ordenamiento jurídico para afrontar los principales problemas que tiene España. Sin una mayoría clara de fuerzas que quieran mantener la nación española y un Estado funcional al servicio de la libertad e igualdad de todos los españoles creo que no se dan las circunstancias para afrontar la reforma.
JMF: ¿Pero ves lógica una Constitución casi intocada en estos tiempos?
Pablo Nuevo: En palabras de Gómez Dávila una Constitución no dura por ser buena, sino que es buena porque dura. Yo creo que hay un elemento positivo en la duración de la Constitución, y más teniendo en cuenta nuestra historia Constitucional. No sólo por la estabilidad que proporciona, sino porque ello ayuda a que la Constitución pueda ir conformando la praxis política, y ayuda a generar una determinada cultura política. Es cierto que siempre se pueden hacer mejoras, pero si no se dan las circunstancias políticas para que la reforma no implique desmontar en lo esencial nuestro sistema constitucional es preferible mantener el texto vigente.
JMF: ¿Su gran virtud es entonces la duración que viene de hecho de la incapacidad de los políticos en ponerse de acuerdo para actualizarla?
Pablo Nuevo: Su gran virtud es haber reflejado en un texto normativo la voluntad de concordia y el afán por construir una España en la que quepamos todos. En la Constitución hay grandes decisiones políticas que me parecen muy acertadas. Reconocer que España es una gran nación plural, querer garantizar los valores occidentales que se sintetizan en la fórmula de Estado social y democrático de Derecho, y la Monarquía como elemento de continuidad histórica de la nación. Eso debe ser mantenido. Y los retoques técnicos que sean necesarios para mejorar la concreción normativa de esas decisiones políticas fundamentales deben ser bienvenidos, siempre que no afecten a lo sustancial de nuestro orden político.
JMF: Pero tanto España como Nación como la Monarquía son discutidos…
Pablo Nuevo: Eso es evidente. Pero podemos preguntarnos si la Monarquía y una España unida garantizan mejor la concordia y los derechos de los españoles que su alternativa. Yo creo que es evidente. A la luz de la experiencia histórica corresponde a quienes quieren alterar eso la carga de la prueba. En España la República se ha mostrado siempre incapaz de integrar a todos los españoles. Y viendo cómo se comportan los políticos nacionalistas creo que tenemos razones fundadas para sostener que en una hipotética Cataluña (o País Vasco) independiente los no nacionalistas seríamos ciudadanos de segunda.
JMF: El garante de la Constitución es el Tribunal Constitucional y algunas de sus sentencias chirrían ¿no?
Pablo Nuevo: El Tribunal no es infalible, y sus Sentencias pueden ser objeto de crítica jurídica; a mi por ejemplo me parece muy mejorable su jurisprudencia sobre el derecho a la vida o el derecho de propiedad. Pero me parece que las Sentencias que chirrían son aquellas en las que el Tribunal ha querido «facilitar» las cosas a los políticos en lugar de afirmar la vigencia de la Constitución. Pienso por ejemplo en la más que discutible Sentencia sobre RUMASA, o en las que permitieron a Bildu seguir siendo un agente político en el contexto de la negociación de Zapatero con ETA.
JMF: O en la del matrimonio homosexual por ejemplo…
Pablo Nuevo: Esa Sentencia me parece especialmente deficiente. El magistrado Manuel Aragón en su voto particular desmonta muy brillantemente el razonamiento del TC, aún estando a favor del matrimonio homosexual.
JMF: ¿Cambiarías algo del Tribunal Constitucional?
Pablo Nuevo: Aumentaría tanto la experiencia requerida para poder ser nombrado Magistrado como la duración del mandato. Sin llegar al mandato vitalicio del Tribunal Supremo de EEUU creo que cuanto mayor sea el mandato más fácil es para los magistrados ser independientes.
JMF: Los últimos movimientos políticos nos hablan de forzar la coeducación en escuelas concertadas cuando no su desaparición y ahora de ilegalizar partidos que atenten contar la unidad de España, ¿cabe esto en nuestra Constitución?
Pablo Nuevo: Son temas muy diversos. La educación diferenciada ha sido específicamente avalada por el TC; privar a estas escuelas de fondos públicos es dudosamente constitucional y una restricción desproporcionada del derecho de los padres a elegir el tipo de educación para que hijos. En cuanto a prohibir los partidos que atenten contra la unidad de España no encaja con la jurisprudencia del TC. Sí es posible en mi opinión realiza e reformas legales para que la gobernabilidad de España no dependa de estos partidos, o para garantizar la lealtad constitucional en el ejercicio de funciones públicas.
JMF: ¿Cómo que medidas?
Pablo Nuevo: Desde reformas de la ley electoral con una prima de mayoría en el Congreso a sancionar con inhabilitación a quienes se comportan de modo claramente desleal. Cuando un político sistemáticamente pone a la institución que gobierna fuera del marco Constitucional debe poder ser inhabilitado. Las instituciones están al servicio de todos, y el sometimiento al Derecho es garantía de esto. Usar las instituciones contra el ordenamiento implica -como podemos ver en Cataluña- usarlas contra parte de la población.
JMF: ¿Hay que desmasculinizar nuestra Carta Magna?
Pablo Nuevo: Me parece un debate estéril en lo jurídico político y equivocado en lo lingüístico como ha dicho la Real Academia.
JMF: Gracias Pablo, un abrazo.
