Ser propietario de una casa es caro, mucho más caro que alquilar, aunque el pago mensual de la casa sea similar o más barato que el de su alquiler actual. Esto se debe a que, cuando se es propietario de una casa, se es responsable de todos los costes de mantenimiento y conservación. Y éstos pueden acumularse rápidamente. Así que, antes de pensar en comprar tu primera casa, asegúrate de que no tienes deudas y de que cuentas con un fondo de emergencia de entre tres y seis meses de gastos.
Cuando te metas en una casa sin pagos (aparte de la hipoteca) y tengas un buen fondo de emergencia, tendrás el dinero necesario para pagar los grandes gastos que te surjan de repente. Podrás amar la vida que te has montado porque el estrés y las preocupaciones no formarán parte de la ecuación.
Ahora bien, una vez que esté libre de deudas, quiero que siga sin ellas. Así que, mientras compras tu primera casa y te entusiasmas con la decoración y con llenarla de muebles nuevos, ten en cuenta tu presupuesto.
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La derrochadora que hay en mí sabe que es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando mi marido, Winston, y yo nos mudamos a nuestra primera casa, ¡tenía tantas visiones de cómo podría ser nuestro hogar! Me resultaba difícil aceptar el hecho de que sólo podía decorar una habitación a la vez. Pero sabía que nuestros futuros objetivos económicos eran más importantes que gastar todos nuestros ahorros en las tiendas de muebles y hogar.
Puede que tengas algunas habitaciones vacías durante un tiempo, pero tu presupuesto y tu futuro yo te lo agradecerán. Y si te encuentras pensando: «Oh, bueno, lo pondré a crédito», ¡detente ahí! Quiere que los buenos hábitos monetarios que aprendió al salir de las deudas se mantengan, lo que significa que tiene que dejar de repetir los malos.
Un gran primer paso para cambiar para siempre es entender por qué existen sus malos hábitos en primer lugar. En mi nuevo libro, Conócete a ti mismo, conoce tu dinero, puedes averiguar exactamente de dónde viene tu mentalidad sobre el dinero. De este modo, podrá realizar un cambio duradero y alcanzar los increíbles objetivos económicos con los que sueña, como ser propietario de una vivienda.
