Imaginar formas sobre cómo hacerte rico de manera rápida y fácil no es mejorar tus finanzas personales. En realidad, estás fantaseando sobre cómo generar la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible, lo que también es muy tentador. Sin embargo, esto está bastante lejos de ser factible.
Imaginar ese futuro no funciona para la mayoría (qué bien si te ha servido) porque la norma general es que necesitas tener dinero ahorrado, invertir y arriesgarte a perder o ganar con él. La idea es inclinar la balanza hacia el lado de ganar, y empezar a ahorrar si todavía no tienes esos ahorros.
De hecho, incluso puedes terminar en una mala posición económica después de haber tenido muchísimo dinero. ¿Has escuchado las historias de las personas que ganan la lotería y quedan en la ruina pocos años después? El motivo es que no tienen la suficiente Educación Financiera ni inteligencia emocional para manejar esas cantidades.
Un futuro financiero saludable requiere tiempo, constancia, paciencia y educación básica. En otras palabras, necesitas ser disciplinado para asegurar que mañana dispongas con el suficiente dinero que necesitas para vivir bien, y sin preocupaciones financieras, o al menos tener una mínima estabilidad que te permita cubrir tus necesidades y proyectos personales.
Quizás esto no sea lo que realmente estabas buscando, en especial porque parece demasiado trabajo para tan poca recompensa. Pero lo cierto es que el éxito financiero es la prosperidad a nivel económico por medios regulares, y su base es la correcta administración del dinero sin arriesgarlo en esquemas de inversión que prometen riquezas por bastante poco.
La Educación Financiera de forma simplificada
Es poseer los conocimientos y habilidades básicas que permiten comprender mejor tus propias finanzas personales y cómo te afectan las decisiones financieras que tomas. Los conocimientos son básicos, pero es importante entenderlos bien para poder aplicarlos en nuestra vida cotidiana.
Un ejemplo:
Imagina que viajas a otro país en el que la educación es costosa, pero puedes acceder a ella con préstamos y becas escolares. Te gradúas, comienzas a trabajar con un buen sueldo y decides quedarte a vivir definitivamente. Ya han pasado un par de años, y has ahorrado cada centavo para comprar una casa.
¿Es una buena decisión hacerlo?
La educación financiera te enseña a ver primero tu panorama general:
En primera instancia, sí estás ganando un buen sueldo y tienes ahorros considerables. Pero también debes una buena suma de dinero por los préstamos estudiantiles y has podido ahorrar tanto debido a que todo lo cargas a una tarjeta de crédito que apenas consultas. ¿Tienes dinero en el banco? Sí, pero está comprometido con tus deudas.
Quizás si no conocieras bien esta situación, sino que te quedaras con tus ahorros e ingresos, sería muy tentador comprar la vivienda. Pero con un análisis un poco más profundo, pronto te darías cuenta de que se te haría cuesta arriba pagar la hipoteca cada mes si una cantidad considerable de tus ingresos se van en pagar deudas y préstamos online, por no mencionar que es muy probable que rechacen el crédito por la misma situación.
Aún así, la Educación Financiera te permite conocer tu situación mejor que nadie. Quizás en ese panorama podrías tener algo de dinero exclusivamente dedicado para el pago de la hipoteca, inversiones que generan ingresos pasivos considerables, una pareja con trabajo estable que va a cubrir una parte de todos los gastos, etc.
La parte bonita de la educación financiera es que te abre las puertas a ver tu panorama desde una perspectiva más amplia y crítica. Así tendrás más herramientas para tomar una decisión acertada que nadie más que tú podría hacer porque no saben lo que estás pasando ni manejan la misma información que tú.
