Ciudad Rodrigo es una histórica localidad salmantina que, además de contar con uno de los patrimonios arquitectónicos más atractivos de la provincia, alberga un singular y curiosísimo museo dedicado en exclusiva al orinal.
Es el único museo de esta índole que existe en España y el más grande catalogado en todo el mundo.
Situado en la zona monumental de Ciudad Rodrigo, junto a la catedral de Santa María y a la muralla, ocupa parte de un edificio del siglo XVIII que perteneció al Seminario Diocesano San Cayetano de Ciudad Rodrigo.
Cuenta con 8 salas de exposición y más de 1.300 piezas de los más diversos orígenes y características.
La colección es propiedad de José María del Arco y su familia, naturales de Ciudad Rodrigo, que han recopilado durante casi 30 años las piezas que se exponen.
Orinales de colección en el museo de Ciudad Rodrigo
Los bacines, orinales, galangas, chatas, cuñas, sillones inodoros y demás piezas recogidas bajo el título “Arte y artesanía en orinales y otros utensilios estéticos”, proceden de 27 nacionalidades diferentes. Piezas españolas y europeas conviven con modelos de china, el norte de África o la India.
El más antiguo es un bacín islámico del siglo XIII, fabricado en barro y decorado con ocho pinceladas de óxido de cobalto, que mantiene un perfecto estado de conservación. Las piezas más modernas recogen los últimos vestigios de la fabricación y uso de estos objetos en el siglo XX.
El orinal más pequeño, está realizado en platino, es una pieza de joyería del tamaño de un garbanzo. El más grande, de 45 centímetros, procede de una casa particular de Ciudad Rodrigo y está hecho en barro.
La hojalata, la cerámica, la porcelana, la piedra, la madera, el cristal, el hierro, el latón, el oro, la plata, el esmalte o el plástico, son los materiales que han sido utilizados para la elaboración artesana o industrial de las piezas que componen el Museo del Orinal.
Orinales de las más diversas procedencias
El origen de estas piezas es tan diverso, que resulta casi imposible de enumerar. Desde chozas rurales hasta palacios reales, han utilizado durante siglos este imprescindible utensilio. Y la familia del Arco ha conseguido una muestra tan amplia que esa variedad es un exponente silencioso de la intimidad humana a lo largo de la historia y que no distingue entre estamentos sociales.
Se pueden encontrar verdaderos sillones reales, fabricados al efecto de servir de inodoro, realizados con preciadas maderas de las colonias, trabajados con tallas artesanas y equipados con sistemas de desagüe e incluso cisterna. También es posible encontrar tronas de bebé, preparadas para que las funciones de alimento y eliminación de los desechos de las pequeñas criaturas, pudieran realizarse a la vez.
Una amplia sección, se dedica a lo que se podría llamar orinales itinerantes; son piezas especiales para llevar en las carrozas o carretas de transporte, pequeños utensilios de cristal en forma de botella para que las damas de la corte pudieran desahogar sus vejigas discretamente bajo los vuelos de sus faldas y jarras de cerámicas preparadas para servir de uso a la anatomía masculina.
La colección de cuñas hospitalarias, es muy completa y efectúa un recorrido histórico preciso y bien documentado. Según comenta la familia del Arco, en los hospitales, se pudieron seleccionar y recoger muchas de las piezas que hoy componen la exposición.
La visita a este singular Museo del Orinal, es interesante pues recoge la historia de la necesidad más antigua del ser humano y todas las curiosidades que la rodean, que son muchas y de gran interés. Además, las piezas se presentan documentadas de forma eficaz, con sencillos indicadores sobre las piezas, breves reseñas en carteles y folletos explicativos, sin olvidar las visitas guiadas.
