La propiedad intelectual en la creación de contenidos

Sabemos que el núcleo esencial de las estrategias de social media y de construcción de marcas en internet, es el contenido. Sin contenido atractivo, centrado en resolver las dudas...
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Sabemos que el núcleo esencial de las estrategias de social media y de construcción de marcas en internet, es el contenido.

Sin contenido atractivo, centrado en resolver las dudas del consumidor y no en publicitar productos y servicios, no conseguiremos transformar el tráfico del sitio web en conversiones, es decir, en clientes que confíen en la empresa y tomen la decisión de comprar, convertirse en fieles y transcribir a la postre los productos en las redes sociales.

Los contenidos, por lo tanto, han de ser el centro de la estrategia, para lo cual tendremos que quitarnos la mentalidad del publicista y sustituirla por la del editor.

Por otro lado, una empresa SEO sabe que es fundamental saber combinar dichos contenidos de calidad con la optimización de los mismos. Un buen contenido, en definitiva, es aquel que ofrece conocimiento didáctico y resuelve dudas, está bien elaborado y redactado, y contiene una serie de palabras clave para que Google sepa indexarlo en las primeras posiciones de los motores de búsqueda.

Hay otra cuestión, esencial y capital, que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar contenido: la originalidad. No copiar contenido no es solo una cuestión moral, sino que Google nos penalizará si detecta cualquier tipo de plagio de contenidos en internet.

Por el contrario, si tememos lo contrario, que otros copien nuestro contenido, deberíamos estudiar las condiciones de la Ley de Propiedad Intelectual y su aplicación al social media en general.

Una manera versátil y efectiva de proteger contenidos al porcentaje que deseemos, son las licencias de Creative Commons. CC permite licencias bajo cuatro condiciones básicas: reconocimiento –el material puede ser usado y distribuido por terceros si se muestra la autoría en los créditos–, sin obra derivada –sin permiso para crear obras a partir de la original–, no comercialización –sin permiso para obtener beneficio comercial de la obra original– y compartir igual –las obras derivadas han de tener los mismos términos de licencia que la original–.

Estos cuatro términos, y los seis tipos de licencias derivadas, pueden ser muy útiles para proteger contenidos online empresariales.

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