Algunas personas, por lo general pertenecientes a un colectivo minoritario de alta capacidad adquisitiva y usualmente al mando de megacorporaciones, consideran que son precisamente esas grandes multinacionales las que mueven el dinero y la economía general de un país. Pero no es cierto. Como suele ocurrir con otros microcosmos de la realidad humana de una cultura y de un patrón socioeconómico concreto, el tapiz empresarial es diverso y está conformado precisamente por una mayoría que, si bien no controla en absoluto tanto capital, sí que es la que da forma a las finanzas del país. Estamos hablando, por supuesto, de las pymes.
Estamos en pleno ecuador del año 2019 y todavía estamos inmersos en una etapa de cambios políticos, algunos sin precedentes si atendemos a cambios de gobierno consolidados desde hacía ya muchos años.
En nuestro país, es la izquierda política la que apuesta por las mejoras de las condiciones laborales y económicas de las pymes y, por extensión, de los autónomos, trabajadores independientes que muy a menudo funcionan como empresa en sí misma. La izquierda, en definitiva, comprende que estos dos sectores son los que mueven la economía, y por lo tanto es injusto relegarlos a un segundo plano y obligarlos a subsistir siempre con ahorros o créditos rápidos con ASNEF.
Los préstamos en sí no son una ayuda económica negativa, a menudo pueden suponer un incremento de capital que, si se solicita en el momento en el que se necesita para progresar en algún aspecto monetario de la empresa, puede suponer un impulso.
Pero hay una diferencia entre utilizar un simulador de créditos con ese fin y hacerlo solo para sobrevivir. Las pymes y los trabajadores autónomos necesitan que se revalorice su trabajo y su importancia en la economía nacional, al igual que se necesita una inversión en I D para potenciar la creación de negocios en ámbitos condenados a la esterilidad en favor de unas pocas compañías grandes.
Hace falta, por lo tanto, un cambio de paradigma acorde con la realidad social imperante hoy: las personas a las que les cuesta llegar a fin de mes son mayoría.
