Dinero & Felicidad: ¿Los ricos botan el dinero?

Un asunto que constantemente se puede ver siendo debatido entre aquellos jóvenes que invierten su tiempo y esfuerzo de manera constante en su trabajo y carrera en contra de...
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Un asunto que constantemente se puede ver siendo debatido entre aquellos jóvenes que invierten su tiempo y esfuerzo de manera constante en su trabajo y carrera en contra de aquellos que favorecen un estilo de vida más sencillo y despreocupado es el que el título propone; ¿Es realmente necesario acumular una enorme cantidad de ceros (a la derecha) en tu cuenta de banco?

Es una pregunta a la que distintas personas tendrán multitud de opiniones y respuestas, sin embargo, lo cierto es que si bien en este asunto no hay una respuesta adecuada ya que va a depender de la perspectiva en la que cada individuo se aproxime al tema, si existen multitudes de estrategias diferentes para darle una experiencia diferente de uso al dinero durante el tiempo que cualquiera de nosotros esté presente (ya que, a menos que alguien sea heredero de un milenario culto egipcio, lo más probable es que de nada sirva acumular las riquezas de un faraón para que sean enterradas contigo).

Si bien la obsesión por conseguir dinero rápido no es un asunto ajeno para ningún lector; tal vez alguien tenga una excelente posición laboral que te reporte excelentísimos beneficios salariales, o tal vez hayas construido de manera eficiente una red patrimonial que justo ahora te deja excelentes dividendos de manera constante, pero lo cierto es que el qué hacer con mencionados beneficios es un asunto que se le escapa a una buena parte de estas personas que han conseguido esta privilegiada posición.

Podemos ver como una prueba fehaciente de esto cada uno de los numerosísimos casos de ganadores de lotería que, en cosa de apenas un par de años (e incluso un par de meses, dependiendo del caso) pasan de tener poca o nada de libertad económica, a tener repentinamente un montón de esta y luego pasar a como estaban antes (e incluso peor de cómo estaban al principio) y llegar al punto de testificar que esa inyección de capital fue “lo peor que les pudiese haber pasado” en algunos insólitos casos.

Cualquiera fueren los motivos, hay que recordar siempre que existe un ejército de personas recurriendo frecuentemente a la figura de prestamistas, con los ojos puestos desesperadamente en solicitar microcréditos sin intereses para obtener una inyección de capital que haga arrancar ese negocio inicial que invite al capital a entrar a engrosar el número de ceros en positivo en su cuenta bancaria, mientras existen otros cuantos realizando actos que a la mayoría podrían parecerles incluso algo inverosímiles en sí mismos.

Debemos pensar que, una vez cubierta la pirámide de necesidades básicas (y las no tan básicas también) de un ser humano, ese excedente de capital estará ahí presente para ser usado de la manera que al propietario mayor placer le represente, así sea en esa extraña donación filantrópica a una causa con la que, en el mejor de los casos, se siente ligeramente identificado (y a veces desconocen).

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