Conversación tranquila de @jmfrancas con Juanma Blanco (@BlancoJuanM), (@disidentia). Digamos que creo que tengo inquietud por aprender, por intentar entender el mundo que nos rodea. Y que no he recibido premio o galardón alguno.
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JM: Eres editor de «disidentia», ¿no?
Juanma Blanco: Si, junto a Javier Benegas.
JM: Felicidades.
Juanma Blanco: Gracias.
JM: ¿Qué pretendéis?
Juanma Blanco: Intentamos difundir aquellas ideas y pensamientos que no resulta sencillo publicar en otros medios. Gran parte de las veces por intereses políticos o por la censura o la autocensura de lo políticamente correcto. Decir algo distinto, alejado de las modas y no dependiente de la línea de la rabiosa actualidad, un material que queda obsoleto al día siguiente. Pretendemos aportar ideas que sirvan hoy, mañana y dentro de años.
JM: ¿Con algún filtro de fondo?
Juanma Blanco: Digamos que toda idea de fondo, razonada cabe en Disidentia aunque tenemos varios temas predilectos, a los que llamamos obsesiones, como la Corrección Política, la infantilización de la sociedad, la cultura terapéutica…
JM: Os veo beligerantes contra lo políticamente correcto…
Juanma Blanco: Eso se llama ir a contracorriente porque la corrección política es, no el pensamiento porque sería excesivo, pero sí la ideología dominante. Es una forma de ver la vida que, en nuestra opinión, está dañando principios y derechos fundamentales, valores que implicaron el surgimiento del Estado de Derecho y la Democracia.
JM: ¿Qué principios y derechos fundamentales ves peligrar?
Juanma Blanco: Desde la Ilustración se ha considerado una humanidad en sentido universal, toda persona es igual con independencia de su condición. Ahora el tratamiento que recibes depende del colectivo al que perteneces, si se trata de un grupo víctima y, por tanto, «bueno» o un grupo verdugo y «malo». Esto ha llevado a leyes, como la de Violencia de Género que no sólo violan el principio de igualdad ante la ley: también la presunción de inocencia.
JM: Estoy de acuerdo y lo que me cuesta entender es como pasó el filtro del Tribunal Constitucional. ¿Cómo es posible?
Juanma Blanco: No sé si será casualidad, pero el Tribunal Constitucional suele aceptar casi siempre el criterio de los partidos. Será porque, al final está nombrado por los propios partidos, aunque formalmente sea el parlamento quien los nombre.
JM: Esto debería cambiar…
Juanma Blanco: Y, comentábamos Javier Benegas y yo, en nuestro último artículo, que la probabilidad de ser nombrado para un alto cargo aumenta cuando tienes algo que esconder. Deberían cambiar muchas cosas. Deberíamos tener instituciones independientes, el TC entre ellas, por supuesto.
JM: ¿Tienes algún criterio pensado?
Juanma Blanco: ¿Te refieres para el TC en concreto o en general para las instituciones?
JM: Al TC, pero podemos hablar luego de más.
Juanma Blanco: Tal como funciona el sistema partitocrático, donde Congreso es elegido a través de listas, cualquier nombramiento que salga del congreso reflejará el pacto entre los partidos. Sería más sensato abolir el TC y pasar sus atribuciones al TS, aunque tampoco sea del todo independiente.
JM: Esta claro que piensas que no hay separación de poderes real…
Juanma Blanco: En efecto, no tenemos una separación de poderes en la práctica.
JM: Y sin ella poca democracia hay, ¿como harías para que la hubiera?
Juanma Blanco: Es una buena pregunta. En nuestro caso habría que acometer reformas muy profundas. Y el problema no suele ser cambiar las leyes (instituciones formales), lo complicado es un cambio que modifique las expectativas de la gente y, con ellas, las instituciones informales, esos usos y costumbres de la política. Y, por supuesto, que cambie completamente el perverso sistema de selección de los gobernantes. Los partidos son aparatos en los que suelen ascender los peores.
JM: La partitocracia tiene secuestrada la democracia…
Juanma Blanco: Sí, pero no solo en España. Tras la Segunda Guerra Mundial, y ante la desconfianza en la gente, que había votado a Hitler, se instauraron en Europa Continental sistemas de democracia limitada, muy controlada por los partidos. Cuando llegó a España, supongo que todavía bajo el susto de lo que había ocurrido en Portugal, la democracia que se instituyó fue todavía más limitada. Y el pacto de la Transición fue un cambalache muy poco aceptable.
JM: Que habría que cambiar?
Juanma Blanco: Muchas cosas, entre otras el sistema electoral: soy partidario de distritos uninominales, donde el candidato debe presentarse a pecho descubierto ante sus electores. El sistema autonómico, que fue un disparate. Separar lo público de lo privado: suprimir el capitalismo de amigotes. Y, sobre todo, crear las expectativas de que todo va a ser distinto. Estas expectativas acaban modelando el comportamiento de muchos agentes en la economía y en la política.
JM: ¿Ves opción a que nuestros partidos avancen algo en esa dirección?
Juanma Blanco: Ahora mismo, no. Tanto los partidos antiguos como los nuevos parecen dispuestos a mantener, incluso a profundizar en el statu quo.
JM: Es curioso como los nuevos se han mimetizado rápido con el, ¿no?
Juanma Blanco: Sí, esto es normal porque no es un problema de personas sino del sistema. Si los mecanismos y los incentivos permanecen, no puedes esperar algo distinto solo por cambiar de caras.
JM: Antes hemos hablado de lay leyes de género, ¿con las LBTBI hemos dado un paso en falso más?
Juanma Blanco: Es que las leyes deben ser siempre generales para todo el mundo, no se pueden hacer leyes para un colectivo concreto. Ahí está el error. Sólo hay derechos universales, para todos. Si son derechos sólo para un grupo, se denominan privilegios.
JM: Y, además, si se pretenden imponer modelos, son algo más…
Juanma Blanco: Si, la corrección política intenta imponer siempre una forma de pensar: los hay buenos y malos, crea culpas y victimismo.
JM: Te felicito otra vez por Disidentia, la recomiendo siempre que puedo para aquel que quiere pensar. Gracias Juanma, un abrazo.
Juanma Blanco: Otro para tí, Josep María. Muchas gracias.
