Conversación tranquila con Ramón Pi, catalán y periodista.
Yo: Ramón, por qué en tu tierra, que es la mia, celebramos como fiesta de la autonomía el once de septiembre.?
Ramón Pi: Porque se conmemora la derrota de los austracistas catalanes frente a los borbónicos que pugnaban por que el sucesor de Carlos II fuera el Archiduque Carlos de Austria o el príncipe Felipe de Borbón, que reinó medio siglo con el nombre de Felipe V.
Yo: ¿Y eso es para celebrarlo en la fiesta propia?
Ramón Pi: Esto, que ocurrió hace 303 años, es la continuación de otra derrota que se conmemora también, que fue la derrota de la rebelión de los segadores medio siglo antes del advenimiento de Felipe V. La forma de celebrarlo ha sido adoptar como himno de Cataluña la música que se puso muchos años después a un romance necrológico, que empezaba así: «Catalunya, comtat gran / qui t’ha vist tan rica i plena…»; también se cambió la letra, y hoy la gente canta «Catalunya triomfant / tornarà a ser rica i plena…». Un pequeño maquillaje. Pero sí; se conoce que a los catalanes nos gusta recrearnos en nuestras derrotas.
Yo: Con lo fácil que hubiera sido el ‘Cant del ocells’ o ‘La santa espina’ y el 23 de abril día de Sany Jordi, ¿somos masoquistas o algo así?
Ramón Pi: Por cierto: «El cant dels ocells» también es otra falsificación: ahora se usa para ponerle música al «minuto de silencio» cuando se muere alguien, pero en realidad es un villancico de Navidad celebrando el nacimiento del Hijo de Dios en forma de esta hermosa canción de cuna. «La Santa Espina» es otra cosa: se trata de una sardana, que es una pieza para bailar. No sé si como himno sería muy adecuada. Y no es que seamos masoquistas: es que algunos de nuestros triunfos más resonantes (como los de los almogávares, por ejemplo) más vale no recordarlos, por su ferocidad y la amarga estela que dejaron por donde pasaron. En fin.
Yo: Ramón, el Cant del Ocells se ponía de ejemplo porque lo internacionalizó Pau Casals y era un símbolo del catalanismo y la Santa Espina, que tiene letra, se cantaba en todos los actos catalanistas durante el franquismo con tono reivindicativo, y que sea una sardana ¿es bastante catalán no? ¿No será que hablan de Dios y eso les daba grima?
Ramón Pi: No lo creo. El Cant dels Ocells habla de Dios y le han cambiado la letra directamente, pero no creo que haya sido por odio, sino porque Casals la tocó con el violonchelo en la Casa Blanca y les pareció una cosa muy solemne y catalanista. La Santa Espina es de una zarzuela en catalán del mismo título, y su prohibición no viene del franquismo, sino de 1924, al comienzo de la dictadura del general Primo de Rivera porque ya entonces se la apropiaron los separatistas.
Yo: Volvamos al 11 de septiembre y al héroe nacional Rafael de Casanovas, ¿catalanista hasta la médula supongo?
Ramón Pi: Rafael de Casanova era un abogado del pueblecito de Moià, cerca de Barcelona, que ejercía en la Ciudad Condal. Era austracista, y cayó herido en la defensa de Barcelona en 1714. Era un patriota español que se oponía a que reinase un francés en España y deseaba que continuase en el Trono la Casa de Austria, entre otras cosas porque los Austrias (a pesar del odiado conde-duque de Olivales) respetaban más los fueros y privilegios de los catalanes. El catalanismo nadie sabía entonces lo que era. Eso de glorificar a Casanova como un héroe y mártir catalanista o incluso independentista es una patraña que se han inventado unos ignorantes (o, lo que sería peor, unos no tan ignorantes) muy sectarios.
Yo: ¿Me estas diciendo que celebramos un gran mentira?
Yo creo que el 11 de septiembre es un hito sentimental que los separatistas han falsificado en favor de sus intereses. Pero el catalanismo separatista necesita de esas falsificaciones, porque no se puede defender una Cataluña soberana sin mentir en la historia, en la cultura, en la geografía y en todo. Lo peor, después del odio que parece ser el motor de los independentistas, es su ignorancia. Un ejemplo muy cómico es la placa que informa de la cámara de vigilancia que hay junto al rótulo de la plaza: Plaça de George Orwell. Es difícil un monumento más elocuente a la ignorancia.
Yo: Me lo temía. ¿O sea que lo de la imaginación al poder no es del mayo francés sino que también es catalán y viene de muy lejos?
Ramón Pi: Ja, ja, ja.
